[EDITORIAL
de la Revista Hipótesis 12, Facultad de Ciencias, Universidad de los Andes - Ediciones
UniAndes © 2005-2012]
¿Qué tanto conocemos nuestra biodiversidad?
Como
profesor de un curso del Ciclo Básico (Biodiversidad, Conservación y
Desarrollo) que incluye una muestra representativa de todas las carreras de la
universidad, en una de mis clases preferidas hago una reflexión al inicio del
semestre sobre nuestro conocimiento de la biodiversidad de Colombia en
comparación con otras regiones del mundo. Esta clase inicia con un ejercicio
sencillo y divertido, donde presento a los estudiantes, en paralelo, videos
cortos de animales que se encuentran en Colombia y otros que están en otros
continentes, para que entre todos recordemos sus nombres. Después de más de
seis años de hacer este ejercicio el resultado es el mismo. Cuando aparecen las
imágenes de los animales de África, Asia o Europa, muchos estudiantes se adelantan
dentro de los primeros milisegundos e interrumpen contestando: “oso panda”,
“cebra”, “pingüino”, “orangután”, “lémur”,
este último algunas veces genera risas y comentarios sobre el personaje
Sabú mafú del Discovery Channel. Sin embargo, mientras nos concentramos en los
videos de animales de nuestra región, como el yaguarundi, el ocelote, el
ocarro, el churuco, el perro de monte y la paca, entre otros, hay un silencio
profundo en el aula. Algunos con cierta timidez logran distinguir el oso de
anteojos, el erizo marino, la guacamaya y el mico tití, pero si hacemos un
balance, tenemos un conocimiento perfecto de la fauna carismática de otros continentes
y nos rajamos en la de nuestro país. Continúo la clase presentando cifras que
ubican a Colombia entre los primeros países megadiversos del mundo.
Pese a
que vivimos en un país con más especies de aves y ranas que cualquier otro,
asimismo con cientos de mamíferos y decenas de miles de plantas, en nuestras
experiencias pasadas la interacción con esta megadiversidad ha sido escasa, si
no, ausente. ¿Cuántas especies de plantas o animales nativos conoce un colombiano
promedio?
Este
ejercicio siempre ha generado una retroalimentación muy positiva dentro del
curso, aumentando el interés y la
motivación por el tema. También es uno de los
pocos mensajes que sé que, tras los años, los estudiantes recuerdan. Por otro
lado, el ejercicio es un indicador de que podemos hacer más por lo que puede
ser la clave para el desarrollo sostenible de nuestro país: la biodiversidad.
Este
número especial de Hipótesis presenta el momento histórico de la actividad en
biodiversidad durante el 2010 en la Universidad de los Andes. Cuando se me
adjudicó la tarea de ser el editor de este número, lo primero que se me vino a
la cabeza fue el problema que han tenido editores anteriores para reclutar
artículos y contribuciones. Afortunadamente, esto no fue un problema en esta
oportunidad. De hecho, la tarea difícil ha sido todo lo contrario, organizar de
la mejor manera tanto y tan buen material; esto gracias a la celebración
durante el 2010 del Año Internacional de la Biodiversidad en la Universidad de
los Andes. Sobre este evento, Catalina González hace referencia más adelante,
quien además diligentemente lideró su organización. Gracias a esto, contamos
con resúmenes de casi todos los ponentes nacionales e internacionales, así como
artículos cortos de varios participantes
del evento. El rango de las
contribuciones es enorme, así como
lo es la biodiversidad. Dentro del mismo evento, un esfuerzo liderado
por Santiago Madriñán, coordinador del Museo de Historia Natural
(ANDES), describe en detalle el repositorio de biodiversidad presente
hoy en día en la Universidad de los Andes. Siendo el museo un proyecto tan
reciente, es sorprendente el cubrimiento de organismos que tiene actualmente,
así como la fuerte sinergia con la docencia e investigación en biodiversidad que se realiza en la Facultad
de Ciencias. Estos apuntes científicos, todos con el eje central de la
biodiversidad y su problemática actual, además de ser una fuente de divulgación
de las ciencias, que ha caracterizado a Hipótesis, son una muestra representativa
de las tendencias de investigación en esta área.
El
lector de este número encontrará una muestra representativa de la situación
actual en biodiversidad, que se puede reducir a dos tendencias: descubrimientos
y amenazas. La biodiversidad es ahora más que nunca una fuente, casi sin
límites, de nuevos descubrimientos. La
biodiversidad de especies —la escala de estudio más sencilla en esta área— para
muchos grupos de organismos, y en especial de microorganismos, está aún por
determinarse, así como el origen de dicha biodiversidad, en especial en lugares
tan megadiversos como Colombia, pues hasta ahora se están empezando a revelar los
procesos evolutivos que han llevado a la formación de nuevas especies. Nuevas
tecnologías para acceder a otras escalas de la biodiversidad, como la genómica
y bioinformática, están develando los misterios más profundos de la biología de
los organismos vivos. Sin embargo, por estos mismos días la biodiversidad está
más amenazada que nunca: la degradación ambiental, en todas sus dimensiones,
producto de un desarrollo desenfrenado, está ocasionando extinciones de
especies y la pérdida de ecosistemas tanto marinos como terrestres. Más
preocupante aún es la pérdida de los valiosos servicios ecosistémicos
esenciales para la vida cotidiana: agua potable, aire puro, alimentos,
productos, fármacos naturales, entre otros.
Finalmente,
quiero agradecer de manera especial a los contribuyentes de este número por sus
valiosos aportes. Particularmente, quisiera agradecer a Catalina González, así
como al comité editorial, en especial a Manuel Antonio Romero, Santiago
Madriñan, Manu Forero y Carlos
Montenegro. A Ediciones Uniandes y Felipe Castañeda por su asesoría.
Igualmente, lo correspondiente a todo el equipo de la decanatura de la Facultad
de Ciencias por su
compromiso incondicional con la revista.
Juan
Armando Sánchez M., Ph. D. / Director de Investigaciones y Posgrados
2009-2011 / Facultad de Ciencias (editor encargado)
[Revista HipÓtesis de distribución gratuita en la Facultad de Ciencias, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia; informes: facciencias@uniandes.edu.co]
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